miércoles, 5 de mayo de 2010

En las tardes azules del verano,
por los rastrojos picoteado,
iré por los senderos a pisar la menuda
hierba, y entre mis pies
sentiré, soñador, su frescura, dejando
que el viento bañe mi cabeza desnuda.

No diré nada, en nada pensaré:
el amor infinito me subirá hasta el alma
y me iré lejos, lejos, como un bohemio cualquiera
por la Naturaleza - tan contento
como una hembra.

Sensación, A. Rimbaud, trad. Aníbal Núñez