sábado, 1 de mayo de 2010

Vete, pensamiento, mientras una palabra clara para volar
sea tu ala, te eleve y vaya allá
donde se mecen los metales ligeros,
donde el aire sea cortante,
con un nuevo espíritu,
donde armas
de manera única hablen.
¡Defiéndenos allá!

La ola levantó una madera flotante, y se hunde.
La fiebre que se apoderó de ti, te deja caer.
La fe sólo ha movido una montaña.

¡Deja estar lo que está, vete, pensamiento!,

sólo impregnado por nuestro dolor.
¡Correspóndenos del todo!

Vete, pensamiento, I. Bachmann