lunes, 10 de mayo de 2010

Ya tarde, cuando siente su estómago revuelto,
el hermano Carcucius mirando al tragaluz
desde el cual el sol, claro
como un caldero fregoteado,
le lanza una jaqueca y le hace poner cara
de carnero degollado...
su clerical barriga desplaza por las sábanas.

En cuclillas, A. Rimbaud, trad. Aníbal Núñez