lunes, 20 de junio de 2011

Anhelos de cien cosas que no fueron
se ajustaban al sueño de una lira
eterna, melancólica,
infinita,
y, en un desgarramiento de ideales,
pálidos, mustios, se desvanecían...

Yo lo miraba todo
cual si fuera el crepúsculo de mi vida...

Aire de bruma, Juan Ramón Jiménez